Por Mariana Paz – Sanación Almik
Hablar de amor siempre es hablar de vida. Es hablar de lo que nos une, de lo que nos sostiene en los momentos de alegría y también en los de mayor fragilidad, como el duelo y las pérdidas. En el camino de la sanación y del acompañamiento, reconocer cómo damos y recibimos amor se vuelve una llave que abre puertas a la comprensión profunda, tanto con los demás como con nosotros mismos.
El amor no siempre se expresa de la misma manera. Algunas personas necesitan escuchar palabras amables y alentadoras, otras valoran más la compañía silenciosa y plena; algunas se sienten queridas con un pequeño detalle que simboliza cuidado, otras encuentran consuelo en un gesto práctico que les alivia una carga, y hay quienes sienten el abrazo como la forma más pura de sostén. Todas estas maneras son lenguajes del amor, y cada una tiene su propio poder sanador.
Lo hermoso es que no solo se trata de aprender a hablar el lenguaje del otro, sino también el nuestro. ¿Qué pasaría si cada día pudiéramos regalarnos una palabra de afirmación, un momento de presencia real, un gesto simbólico que nos recuerde que somos valiosos? ¿Qué pasaría si también nos permitimos recibir lo que necesitamos, sin culpa y sin miedo? Amarnos a nosotros mismos en el idioma que nuestro corazón entiende es un acto profundo de autocuidado.
En la práctica terapéutica, y especialmente en la tanatología holística, comprender estas formas de amar nos ayuda a acompañar mejor. Cuando alguien atraviesa el dolor, no siempre sabe cómo pedir lo que necesita, pero a veces una simple mirada atenta, un té preparado con cariño, una escucha sin interrupciones o un contacto respetuoso pueden ser más transformadores que cualquier discurso elaborado. El amor en acción es simple, concreto y, a la vez, profundamente reparador.
Integrar los lenguajes del amor en la vida cotidiana es abrir un puente entre nuestro mundo interior y el de quienes nos rodean. Es atrevernos a preguntar: ¿cómo necesitas ser acompañado?, y al mismo tiempo aprender a decir: esto es lo que necesito para sentirme cuidado. Es también recordar que cada uno de nosotros tiene derecho a recibir amor en la forma que más resuena con su esencia.
Si sentís que este tema toca fibras en tu interior y querés profundizar, te recomiendo el libro “Los 5 lenguajes del amor – El secreto del amor que perdura” de Gary Chapman, una obra que ha ayudado a millones de personas a comprender mejor sus vínculos.
Que cada gesto, cada palabra y cada silencio que compartas sea una semilla de amor verdadero, hacia ti mismo y hacia los demás. 🌹
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